“No
nos afecta lo que nos sucede,
sino lo que nos decimos acerca de
lo que nos sucede”.
EPICTETO
Existe esa “voz”
interior, ese “yo” que todos tenemos. Esa es una inconstante voz que nos
acompaña y nos dice de manera ininterrumpida cosas de diversas clasificaciones.
Esa voz nos puede hacer llegar a tener una vida de abundancia y milagros o una
vida de tristezas y escases.
Este es un tema muy
estudiado por psicólogos y es científico. No estoy “inventando la rueda” al
decirlo. No pretendo ser un científico loco que ha descubierto que el agua
moja. Lo que busco en este apartado es hacerle entender a usted que si no toma
conciencia de sus pensamientos, se verá en un mar de fracasos.
Tenga en cuenta que
sus pensamientos están poderosamente ligados a sus emociones y a su conducta.
Estos tres aspectos de su vida se interrelacionan entre sí. Piense en lo
siguiente. Si usted constantemente está pensando que es una persona enferma
físicamente , por ejemplo un simple dolor de cabeza, su emoción se verá
afectada y se sentirá incomodo por su dolor y su conducta será la de buscar un
analgésico para quitarse dicho dolor de cabeza.
Suena simple. Ya sé
que pensó eso al leer el párrafo anterior. Suena simple por dos motivos. El
primero, porque es verdad y el segundo porque a través de un ejemplo simple
quiero que usted interiorice esta gran verdad.
Pero si desea que sea
menos simple entonces tome este mismo racionamiento y argumente con cualquier
cosa o situación de su vida. Tal vez descubra que, aunque simple, se aplica
para cualquier situación en la vida.
Muchos sabios han
enseñado y nos han demostrado que la vida es simple y que en la simplicidad
está la verdadera sabiduría. Recuerde, este es un libro simple y simplemente le
cambiará la vida. Abra su mente y acepte lo simple. De esta manera verá sus
milagros realizados a diario.
Retomando la
enseñanza de este apartado. No me afectan los problemas sino más bien lo que
creo de los problemas. No es la situación externa la que lo entristece, no es
esa persona que logra sacarlo de casillas, no es el tráfico congestionado de la
ciudad el que lo desespera. Es lo que usted cree y se dice a sí mismo de estas
situaciones.
Exacto. Existe una
forma mágica de cambiar esos estados de ánimo. Simplemente cambie lo que siente
y se dice a usted mismo de estas situaciones. A lo mejor le puede ayudar pensar
en momentos felices o placenteros de su vida, acuda a los buenos recuerdos.
Tal vez le ayude
escuchar esa canción que le infunde ánimo, alegría o éxtasis; en mi caso
personal uso la canción “es preferible reír que llorar” que la interpreta Peret
un artista español.
Tal vez esa oración
que le llena de espiritualidad. En fin, existen millones de posibilidades con
las cuales usted puede cambiar su estado de ánimo y cambiar lo que se está
diciendo a usted mismo en situaciones de tensión.
A partir de hoy
dígase a usted mismo cuando se encuentre, por ejemplo, en la situación de mal
genio por una pilatuna de su hijo, frases como “esto es temporal” o “amo tanto
a mi hijo que esperaré unos minutos a que me calme y luego lo disciplinaré”. Fíjese
como una simple frase cambia por completo la situación.
Dalberto
Mejia
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